Prolapso

Los órganos endopélvicos (útero, vejiga e intestino) se mantienen en posición mediante ligamentos y músculos.

Si estas estructuras de soporte se debilitan, los órganos descienden generando un prolapso.

En ocasiones, un prolapso puede ser lo suficientemente grande como para verse o sentirse como un bulto o protuberancia en la abertura vaginal o fuera de la vagina (sensación de cuerpo extraño vaginal).

¿Por qué ocurre esto?
Los «factores de riesgo» para el desarrollo de prolapso de órganos pélvicos incluyen:

• Predisposición genética
• Aumento de peso excesivo (IMC alto)
• Constipación 
• Carga de peso excesiva o mal gestionada
• Parto, especialmente parto instrumental (con fórceps), bebé de más de 4 kg
• El riesgo aumenta con la cantidad de partos vaginales aunque el primer parto puede ser determinante
• Tos crónica
• Cirugía previa de prolapso
• Histerectomía previa

¿Cuales son los signos y síntomas?
Las mujeres con prolapso leve pueden no presentar síntomas o malestares:
Los síntomas que pueden presentarse son:

• Sensación de pesadez en la pelvis o la vagina.
• Sensación cuerpo extraño vaginal que ocupa y asoma por la vagina, que puede ser visible al higienizarse.
• Dolor de espalda que se alivia cuando se acuesta.
• Sensación de micción incompleta o chorro miccional débil. También puede asociarse a incontinencia de orina
• Las infecciones del tracto urinario pueden ser recurrentes
• Dificultad para vaciar su intestino
• Dolor o falta de sensibilidad durante las relaciones sexuales.

¿Qué se puede hacer para ayudarme?
La evidencia muestra que la rehabilitación del suelo pélvico guiado  por un profesional especializado puede reducir significativamente los síntomas del prolapso.

Tener un piso pélvico fuerte, controlar el peso corporal y aprender acerca de la mecánica correcta de levantamiento peso y de ejercicio seguro son importantes inclusive en caso de requerir cirugía, para optimizar los resultados y prevenir la recidiva